-Defenderse de la persuasión negativa
La que viene de personas tóxicas, publicidad abusiva, políticos, sectas, jefes y cualquier gente o entidad que pretende convencernos de cosas que van en contra de nuestro bienestar.
No seamos ilusos: aunque no queramos saber sobre persuasión vivimos en un mundo dominado por el marketing y la publicidad persuasiva y además a todas horas y en todo momento, de forma consciente o inconsciente.
Por lo tanto y como medida de higiene mental deberíamos de aprender sobre persuasión lo mínimo como para protegernos y no dejarnos influir por el bombardeo continuo de mensajes ajenos al que nos sometemos a lo largo del día.
-Conocer mejor la mente humana
Lejos de ser ese ordenador perfecto e infalible que algunos creen que es, el cerebro humano además de imperfecto tiene una serie de “fallos de fábrica” que todo buen experto en persuasión conoce y explota.
De la misma manera que por ejemplo los hackers son expertos en aprovechar las vulnerabilidades de los ordenadores para invadirlos y para ello deben aprender cómo funcionan el ordenador en sí mismo, un buen experto en persuasión debe ser al mismo tiempo un conocedor de la mente, es decir, un buen experto en psicólogía aplicada y observador del comportamiento propio y ajeno.
-Quitarnos culpa a nosotros y a los demás
Si entendemos y aceptamos que nuestra mente es imperfecta y nos hace cometer errores eso redundará en aumentar nuestra tolerancia y comprensión hacia los demás.
En muchas ocasiones el resentimiento se eterniza cuando calificamos como “malos” a alguien por cuestiones que bien podrían explicarse por un simple mal entendido.
Todo el mundo puede ser engañado y manipulado, aprender sobre persuasión pone muchos conflictos en perspectiva y tender así un puente a la reconciliación.
-Ser más eficientes en nuestro trabajo
Aprender a motivar, a liderar, a trabajar en equipo y convencer a nuestros compañeros de la necesidad de ir en determinada dirección mediante técnicas de persuasión es una herramienta muy útil de cara a mejorar nuestras relaciones con ellos y nuestros jefes.
Al mismo tiempo se puede utilizar la persuasión como ayuda para vender de forma ética, siendo un atajo que nos permita aclarar y ofrecer a nuestros clientes aquellos bienes y servicios más apropiados empleando el menos tiempo posible.
-Educar y sanar a los demás
Entre la gente de nuestra familia necesitamos grandes dotes de persuasión para educar a nuestros hijos y a la gente mayor a nuestro cargo, pero también un buen experto en coaching, un psicólogo o un terapeuta necesita del poder de la persuasión positiva para convencer a sus clientes de cambiar sus vidas y tomar un rumbo diferente.
No sirve de nada tener una buena preparación a la hora de diagnosticar un desequilibrio en alguien que nos confía su mejora si una vez damos con las causas de sus malos no sabemos hacer que ellos quieran implementar pautas positivas en su día a día.
El que ayuda es al mismo tiempo responsable de que la solución práctica se ponga en marcha, y es ahí donde la persuasión positivatiene su lugar.
Y tu ¿usas a menudo la persuasión para fines positivos? ¿Cuando fué la última vez?
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