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jueves, 2 de febrero de 2012

Algo le pasa a mi planta

Distinguir una plaga o saber qué nutriente hay que aportar es fácil. David Olmo, del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica, da pistas y soluciones.

Los vegetales nos dicen qué les pasa. El problema es no saber interpretar sus señales. ¿Qué significa que una hoja se ponga marrón por los bordes? ¿Y qué tenga manchas moradas? ¿Cómo sé si necesita abono o es que tiene una plaga? Aquí van algunas pistas sobre los síntomas más comunes y algunos consejos para solucionarlos de manera ecológica.
Por David Olmo, del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica

PLAGAS

>> ÁCAROS. Los ácaros tienen multitud de enemigos naturales que controlan su crecimiento manteniéndolos en unos niveles razonablemente admisibles dentro de los cultivos. Para dificultar su desarrollo hay que evitar los abonados nitrogenados excesivos, el hacer pasar sed a nuestro cultivo, las condiciones ambientales de sequedad y minimizar las labores que originen polvo.
Por ejemplo, es interesante el mantenimiento de setos y de cubierta vegetal, ya que sirve de reservorio para sus enemigos naturales, además se mitiga la sequedad ambiental y el polvo. También se pueden hacer riegos periódicos con aspersión o micro-aspersión buscando ese fin.
Como métodos preventivos son eficaces los aportes de decocción de cola de caballo o maceración de ortiga, así como con Beauveria Bassiana (producto comercial).
Los métodos directos de control se pueden hacer mediante la aplicación de azufre tanto en polvo como líquido, tratamientos con jabón potásico al 2% o con aceite de Neem, habrá que elegir los momentos menos nocivos para nuestra fauna auxiliar. Para conseguir una elevada eficacia, deberemos asegurarnos de que el envés de las hojas se ha mojado correctamente, ya que es allí donde estarán los ácaros.

Maceración de cebolla: aprovechando sus compuestos azufrados, la podemos usar como acaricida. Si ponemos a macerar cebolla troceada en agua, controlando que no fermente (si observamos la subida de burbujas homogéneas desde el fondo, se ha iniciado la fermentación) y durante un máximo de 3 días, y posteriormente la trituramos y filtramos, el líquido resultante lo podremos pulverizar sobre nuestras plantas para eliminar los ácaros.
Maceración de ortiga: 100 gr de hojas frescas (o 10 gr si son secas) en 1 litro de agua durante 24 horas en agua a 18-20 ºC. Hacer 3 tratamientos en un mes. También se pueden poner 100 gr de ortiga fresca en 1 litro de agua durante 12 horas, se filtra y se diluye al 10 % en agua, conseguiremos hacer poco apetecible nuestras plantas a ácaros y pulgones.
Decocción de cola de caballo: Hervir 100 gr de planta por litro de agua durante una hora, después enfriara y filtrar. El líquido resultante se diluye al 20% en agua. Hacer 3 tratamientos con una semana de intervalo.

>> PULGÓN A los pulgones les encantan las plantas tiernas, que normalmente son las que tienen un exceso de nitrógeno, este exceso vuelve la savia más dulce y por tanto más apetecible para la plaga. Por lo tanto deberemos evitar los abonados excesivos, y siempre que podamos sustituir el abono mineral por orgánico (composta o humus de lombriz), ya que este último se libera más lentamente en el suelo y la planta lo va absorbiendo en pequeñas cantidades. Una medida cultural sería, cortar las ramas o brotes más vigorosos para evitar atraer a los pulgones.
Si el pulgón ya se ha introducido en nuestras plantas se puede realizar un tratamiento con agua (de lluvia si es posible) al 96 % + jabón potásico al 3%, al cual añadiremos alcohol de quemar (1%) para hacerlo más efectivo. Se suele hacer a primera hora de la mañana en días soleados, ya que lo que hace el jabón potásico es quitarle al pulgón su capa protectora cerosa, y con la ayuda del sol y del alcohol secarlos. También se puede aportar purín de ortigas, el cual se hace poniendo a macerar durante una semana 1 kg de ortiga fresca o 200 gr de ortiga seca en 10 litros de agua, en un recipiente no metálico.
Los pulgones tiene muchos depredadores naturales, la manera de atraerlos es el mantener flores durante el mayor tiempo posible, un repulsivo natural es el plantar albahaca cerca de las plantas más vulnerables a los mismos. Potenciar la biodiversidad de nuestra parcela o terraza ayudará a mantener los depredadores en la misma.
El aceite de Neem es un insecticida natural que también puede servirnos para tratar contra el pulgón, se puede adquirir fácilmente el producto comercial en los viveros o tiendas de jardinería.
Las hormigas favorecen la diseminación de los pulgones, para ahuyentarlas se puede hacer una infusión con 50 gr de plantas frescas de melisa en 1 litro de agua. Dejar enfriar y pulverizar las plantas.

Maceración de ajo: Picar 100 gr de ajos (pelados), poniéndolas a macerar en dos cucharadas soperas de aceite de oliva durante 12 horas. Añadir después un litro de agua y colar, presionando sobre un colador fino para conseguir mayor concentración de ajo. Dejar reposar una semana. Diluirlo después en agua al 5% y pulverizar sobre nuestras plantas.

Decocción de saúco: Remojar 100 gr de hojas tiernas en 1 litro de agua durante 24 horas, después hacer hervir 30 minutos. Dejar enfriar y aplicar.

Jabón potásico: Los componentes principales son Hidróxido potásico (KOH) en lentejas (se encuentra en almacenes de suministro para laboratorios fundamentalmente, no disponible habitualmente en droguerías), aceite de girasol del más barato (o reutilizado de nuestra cocina) y agua.
En el primer paso, añadimos el KOH al agua con precaución ya que el proceso es cáustico y puede quemar tejidos y recipientes sensibles. Una vez disuelto el Kg de lentejas de potasa en los cinco litros de agua, vamos añadiendo cinco litros de aceite lentamente mientras removemos con un palo la mezcla. El resultado es una crema que si encerramos en un bidón y lo introducimos en el maletero del coche, con el calor y el movimiento del vehículo en dos semanas está preparado para emplear.

>> HONGOS. Los hongos aparecen con elevada humedad, o por un exceso de abonado nitrogenado o por la falta de aireación de nuestros cultivos. Si aun evitando estos factores, nos aparecen hongos, los extractos naturales de plantas funcionan muy bien como preventivos en el control de los mismos (cola de caballo, milenrama, salvia, tomillo). La cola de caballo contiene gran cantidad de sílice lo que confiere a la planta una mayor iluminación además de reforzarle su sistema inmunológico.
También se han obtenido muy buenos resultados con la aplicación de decocciones de salvia, no sólo como preventivo, sino también en procesos curativos de la enfermedad ya implantada. La salvia tiene un poder secante importante y este hecho hace que sea un elemento de control muy adecuado en una enfermedad fúngica que necesita de la humedad para su implantación y desarrollo.
También es interesante aplicar propóleo, una sustancia procedente de las colmenas de las abejas y que posee una gran capacidad antibiótica, preventiva y curativa de infecciones producidas por hongos y bacterias. La arcilla también sirve como tratamiento preventivo, ya que genera micro heridas en los tejidos, los cuales reaccionan incrementando su resistencia y grosor, lo que previene la penetración de hongos y bacterias. El caolín y el silicio –por su gran efecto higroscópico- son métodos interesantes para reducir las condiciones de humedad y por tanto evitar la aparición de hongos. Ambos se aplican mediante pulverización.
Así mismo, dependiendo del hongo que tengamos, son muy eficaces los productos a base de azufre (no aplicar en las horas centrales de los días calurosos (30 ºC) puede causar quemaduras en las hojas y frutos. Ni tampoco después de un tratamiento con jabón potásico) y cobre (no aplicar en la floración ni con elevado calor).

Decocción cola de caballo: Poner 50 gr de planta seca por 5 litros de agua. Hervir una hora. Diluirla en agua al 20%. Tratar de 3 a 5 veces, a intervalos de una semana entre cada tratamiento.
Extracto de milenrama: Poner 20 gr de flores secas para 1 litro de agua a macerar durante 24 horas. Lo obtenido se puede añadir a la decocción ya fría de cola de caballo, en una proporción de 1 a 10 (1l de milenrama por 10 l de cola de caballo).
Infusión de salvia: Hacer una infusión de 100 gr de planta fresca ( o 10 gr de seca) por litro de agua. Enfriar, filtrar y pulverizar.

CARENCIAS

>> Nitrógeno. Aplicar anualmente abonos organicos compostados o humus de lombriz, preferiblemente en otoño durante la parada vegetativa, de esta manera favorecemos su mineralizacion y su absorción por nuestras plantas en la primavera. Además, los abonos organicos son mejorantes del suelo y de su estructura (los químicos no), ya que favorecen la retención de agua y nutrientes de nuestro suelo, siendo menos dependiente de los mismos. El aporte en otoño favorecerá, además, que nuestras raices soporten mejor los fríos invernales, ya que durante la mineralización de los abonos organicos se desprende calor. Actualmente, los estiercoles compostados que encontarmos en las tiendas especializadas son totalmente inodoros, fruto de su correcto compostaje.Los abonos organicos tambien son una fuente importante de potasio y fósforo.

>> Fósforo Las hojas adquieren unas manchas moradas. En un suelo bien cuidado no se presentan carencias, por lo que indica que nuestro terreno tiene problemas. Hay que apostar por el compost o estiércol (a ser posible, de ave) y en caso de urgencia, fertilizantes específicos, aunque esta solución es muy temporal.





>> Hierro. El exceso de cal en el agua provoca clorosis: el equilibrio se rompe y la planta tiene más calcio que hierro. Se aprecia porque la hoja se pone amarilla pero los nervios siguen verdes. Hay que aplicar inmediatamente quelatos de hierro, a la venta en viveros. Su efecto es muy rápido.
 
 
 
 
>> Potasio. Cuando hay carencia de este mineral en la tierra, la planta pierde color y los bordes se tornan marrones. Para corregirlo se pueden aplicar a la tierra cenizas de madera, productos de algas y sulfato potásico. Comercialmente se suele usar el producto Patenkali.

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